Cada nuevo año los que somos cristianos nos proponemos nuevos planes, metas, estilo de vida diferente y proyectos a corto, mediano o largo plazo. Es normal que un nuevo año traiga consigo cosas distintas ya sean buenas o malas.
Al pasar el tiempo y madurar como personas y también como cristianos nos damos cuenta de que las prioridades van cambiando, y a medida de que vayamos creciendo aprendemos a tener una vida más balanceada y equilibrada; por ello las metas del nuevo año no son siempre las mismas.
La mayoría de las veces nos enfocamos en los estudios, la profesión, el trabajo, nuestra vida personal y en una nueva forma de obtener ingresos extras; todo eso no es malo en sí mismo pero… es lo más importante de parte de Dios para nuestras vidas? Es realmente lo que quiere Él para nosotros en este año que recién comienza?
Qué de nuestro crecimiento espiritual o nuestra relación con los hermanos? Nuestra vida espiritual está en primer lugar en esa lista de propósitos? Nuestra búsqueda del Señor y su Palabra son parte de nuestra meta para este año? probablemente para algunos sí, para otros solo Dios lo sabrá.
Si tienes a Dios como una prioridad es seguro que todo lo que mencionamos al principio lo respalde; pero asegúrate de que no sea algo de la emoción por un nuevo año, trata de permanecer firme en estas cosas. Sé intencional en ser firme para lograrlo y no desmayar a mitad de año o quizás antes.
Hebreos 10:23: “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió”.
Sé firme, permanece enfocado en lo que trasciende, en lo celestial, en lo eterno. Recordemos que nuestra ciudadanía está en los cielos y no en esta tierra.
Efesios 6:10-20 RVC. Por lo demás, hermanos míos, manténganse firmes en el Señor y en el poder de su fuerza.