Deshidratación Espiritual

Deshidratación Espiritual

Deshidratación Espiritual

Existen varias razones por las cuales podemos sufrir una deshidratación espiritual, entre ellas están: no servir a los demás (Marcos 10:45), no leer ni estudiar la Palabra (Josué 1:8), no usar nuestros dones y talentos (1Corintios 14:12), no ofrendar (2 Corintios 9:7), la falta de amor hacia el prójimo (1Juan 4:7), y por último pero no menos importante y dónde nos vamos a enfocar la falta de oración (1Ts 5:17).

Si dejamos de tomar agua por un día quizá no nos afecte sin embargo, si lo dejamos de hacer  por unas semanas es muy probable que suframos una seria deshidratación, que puede traer consigo diabetes, colesterol alto, problemas en la piel y digestivos, fatiga y estreñimiento.

Entonces, si no oramos no vamos a sufrir de estos trastornos pero como resultado tendremos: una vida espiritual carente, una relación vacía y sin Dios, no llegaremos a conocerlo como deberíamos, estaremos débiles y vulnerables frente a las tentaciones, nuestro enemigo ganaría terreno frente a nosotros y estaremos en desobediencia a Dios.

Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil (Mateo 26:41).

Por tanto, tomad la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes (Efesios 6:13).

 ¿Por qué orar?

Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador (1Timoteo 2:3).

Nosotros necesitamos a Dios todo el tiempo, a cada minuto y a cada segundo, por tanto, si queremos conocer más a Dios es importante que construyamos una relación de amistad con Él, que tengamos el hábito de hablarle y decirle todo lo que hay en nuestro corazón.

Debemos ser constantes pero no hacerlo de forma mecánica ni por salir del paso, o por un simple compromiso, es importante ser sinceros y tener un corazón dispuesto a que se haga la voluntad del Padre y no la nuestra. La comunicación alimenta la relación y nos acerca más a la persona que queremos conocer.

Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos (Efesios 6:18).

Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias (Colosenses 4:2).

Pablo le da instrucciones a Timoteo y le exhorta a que se  hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia (los que están en autoridad), para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad (1Timoteo 2:1-2).

Este pasaje nos estimula a hacer todo tipo de oración, a rogar, a pedir, a dar gracias y a interceder a favor de todos los hombres, incluyendo a nuestros gobernantes aunque nos cueste hacerlo debido a que en muchas ocasiones no hacen lo que es correcto. Pero Dios quiere que oremos y demos gracias por ellos, porque hay propósito en hacerlo.

Me llama la atención cómo la Biblia describe al profeta Elías y lo que dice más adelante con relación a él y a la oración. Este hombre era tan humano como cualquiera de nosotros; sin embargo, cuando oró con fervor para que no cayera lluvia, ¡no llovió durante tres años y medio! Más tarde, cuando volvió a orar, el cielo envió lluvia.

La oración tiene poder pero cuando hay fe y creemos que Dios hará. Aunque Dios es soberano esto no debe limitar nuestra fe ni nuestras peticiones ante Él, no podemos decir que como es soberano no vamos a orar pues de todas formas se hará su voluntad, porque nuestro Padre seguirá siendo soberano oremos o no y se hará su voluntad la pidamos o no.

De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que Él existe y que Él recompensa a los que le buscan con sinceridad Hebreos 11:6 (NTV).

Finalmente, el mismo Señor siendo Dios oraba porque en su humanidad dependía del Padre, ¡Cuánto más nosotros! Mientras estuvo aquí en la tierra, Jesús ofreció oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que podía rescatarlo de la muerte. Y Dios oyó sus oraciones por la gran reverencia que Jesús le tenía. Hebreos 5:7 (NTV).

‘’Cuando oramos Dios honra nuestro compromiso con Él y nuestra dependencia de su poder al emplear todos los recursos del cielo para trasformar las vida humanas’’.