El Valle

El Valle

Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Salmos 23:4

Cuando leemos el Salmos 23 nos sentimos muy seguros y confiados en las manos de quien estamos, pero ¿Vivimos lo que dice este? ¿Hemos pasado por lugares oscuros sin temer? o ¿Creemos realmente que el Señor está con nosotros en medio de cualquier situación? hubo ocasiones que tuve que pasar por lugares oscuros y no se sentía nada bien, puesto que ni siquiera se veían personas y eso causa pánico, créanme, mucho pánico.

En esos días era inevitable no pasar por zonas así debido a las circunstancias del momento, por lo que tuve que aprender a caminar por mi valle de la muerte ya que así lo veía. Al principio tenía mucho miedo, pero después continué teniendo aún más miedo y evidentemente  desconfié en el Dios que minutos antes le había orado pidiéndole protección al pasar por la oscuridad.

Mas tarde aprendí que cada persona tiene que pasar y enfrentar su propio valle, no necesariamente es un lugar oscuro o tenebroso, ni siquiera un camino, pueden ser otras realidades difíciles que estén atravesando; pero igual, a veces es necesario pasar por esos momentos porque ahí es donde se prueba nuestra confianza y nuestra fe.

Jesús cuando enseñó a sus discípulos acerca de que no estarían solos y que el Padre enviaría al Espíritu Santo, dijo: No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. (Juan 14:27b ), El Señor sabía todo lo que los discípulos iban a pasar luego de su ascensión; pero los confortó al decirles que no tenían que temer. Otra traducción dice no se angustien ni se acobarden.

‘’En el valle es donde nuestra fe se fortalece y si al cruzarlo nuestra fe está en una medida, al salir de allí estará en otra’’.

Sin importar por donde estemos pasando debemos tener siempre en cuenta que Jehová está con nosotros como poderoso gigante, es el Pastor que cuida de sus ovejas y vela por su rebaño; por lo que darle cabida al temor nos hace dudar de Él. Dios no nos dio su Espíritu para vivir en temor, por ello necesitamos ejercitarnos más en la fe y en la confianza hacia nuestro Señor.

Por otro lado, el pastor llevaba consigo dos herramientas que no podía olvidar: Una Vara y Un Callado, con la vara mantenía encarriladas a las ovejas o ahuyentaba a cualquier animal feroz que pudiera atacarlas, con el callado además de bastón, servía para las ovejas que tenían mucha lana y al acostarse en el pasto no lograran levantarse. No importa lo que sucediera el pastor siempre estaba preparado para socorrerlas.

El cayado también era una herramienta de guía con un gancho en un extremo que al ponerlo alrededor del pecho aseguraba a la oveja. En definitiva, cada uno de nosotros conoce bien lo que está viviendo, pero Dios que es nuestro Pastor lo conoce mejor. El Señor es nuestro  guía, quien nos protege y nos defiende; podemos estar seguros que su vara y callado infundirán calma de manera que nos dará esa paz que necesitamos al cruzar por nuestro valle.

‘’Nos acogemos en el dicho: soy humano y tengo derecho a desconfiar, pero cuando se trata del Dios que es fiel con nosotros aunque nosotros no lo seamos con Él, no tenemos ningún derecho a dudar, de hecho es irracional’’.

Cuidará de su rebaño como un pastor; en sus brazos, junto a su pecho, llevará a los corderos, y guiará con suavidad a las ovejas recién paridas. Isaías 40:11 (RVC)