El año 2020 fue para muchos un período de sufrimiento, ansiedad e incertidumbre, en el que pensábamos que ya no había esperanzas y las expectativas que teníamos con relación al mismo se vieron truncadas por tantos sucesos negativos que nos dejaron sin aliento.
Este año que recién inicia no sabemos lo que traerá. Es bueno tener expectativas positivas acerca del futuro, pero la realidad es que desconocemos lo que venga tras este, lo que sí está más que seguro son las cosas que hacemos hoy, las oportunidades que aprovechamos, las relaciones que cultivamos con los demás y el tiempo que le dedicamos a lo que realmente importa.
Solemos desmotivarnos fácilmente cuando las cosas no nos salen como las planeamos y eso nos ayuda a entender que no tenemos el control de lo que pasa a nuestro alrededor, ni en nuestras propias vidas. Sin embargo, existe un ser que no se desconcierta, no hay sombra de variación en Él, es inmutable, controla el universo, sostiene cada estrella con su poder y dependemos de Él.
La Pandemia nos enseñó a valorar las cosas que antes parecían no tener mucha importancia, nos enseñó a no planear tanto y a vivir más, a no postergar algo si se puede hacer hoy y a no preocuparnos o sentir ansiedad por el mañana porque basta a cada día su propio mal.
El hombre hace muchos planes, pero solo se realiza el propósito divino Proverbios 19:21
Gracias a Dios que tenemos la oportunidad de empezar otra vez y el año 2021 debemos verlo así, como un año de nuevos comienzos donde si hay que iniciar algo desde cero pues lo iniciamos desde cero, sin pensar en que ya es demasiado tarde o que ya no tenemos tiempo. Si todavía cuentas con vida y estás leyendo esto, eres más que afortunado.
Necesitamos enfocarnos más en vivir lo que nos toque vivir y aprender de ello, valorar las cosas pequeñas, no desestimar la más mínima intención pura que sale de un corazón sincero, y pedirle a Dios que sobre todas las cosas nos ayude a mirarlo a Él en cualquier situación por muy adversa que parezca.
‘’El momento para empezar de nuevo no está en el calendario, simplemente es ahora, simplemente es hoy, por esta razón no debemos poner nuestra esperanza en un año ni en las cosas que vienen sino en Dios y en lo que ya prometió’’.